Hay hidrógenos e hidrógenos. En la actualidad, el consumo global de este combustible es de unos 70 millones de toneladas por año, de acuerdo con el último Informe de IEA (Asociación Internacional de la Energía, por su sigla en inglés), de las cuales el 90% ha sido obtenido por el reforming de gas natural o la gasificación del carbón, con una elevada producción de emisiones contaminantes y del efecto invernadero: es el llamado “hidrógeno gris “. Otra forma de obtención es generando fórmulas que capturen el gas carbónico al final de este proceso, permitiendo reducir su impacto ambiental, consiguiendo así el llamado “hidrógeno azul” o blue hydrogen.

Pero, incluso en este caso existe un problema de sostenibilidad, tanto económica, ya que los costes de esta captura del CO2 siguen siendo elevadísimos, como medioambiental, porque el ciclo de producción no puede capturar todo el gas carbónico producido y, en todo caso, a lo largo de la cadena de producción puede generar la emisión de metano a la atmosfera, otro gas de efecto invernadero. Por lo tanto, el único hidrógeno sostenible al 100% es el llamado “hidrógeno verde”, o green hydrogen, que se obtiene a través de la electrólisis del agua en particulares células electroquímicas alimentadas con electricidad de fuentes renovables.

¿Qué color tiene el hidrógeno?

Realmente, el hidrógeno es un gas incoloro. La denominación de los colores del hidrógeno viene según la forma de producirlo y es un indicativo de la cantidad de CO2 que se libera durante el proceso o de lo “limpio” que es.

Hay un consenso generalizado entre los expertos en que la forma más eficaz para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y el enfoque más rentable para alcanzar la neutralidad climática para 2050 y el objetivo intermedio a 2030 del Plan Nacional Integrado (PNI) de Energía y Clima es la electrificación basada en renovables. Esto nos lleva a la conclusión de que la estrategia pasa por convertir la mayoría de los usos energéticos en la industria y el transporte de combustibles fósiles a electricidad generada por fuentes de energía renovables.

Se prevé que el hidrógeno verde desempeñe un papel importante en el mix energético general y es probable que su desarrollo se produzca más rápido de lo que nadie pensaba, según un nuevo informe de Wood Mackenzie.

Según “El informe 2050: The Hydrogen Possibility” detalla cómo la cartera de proyectos se ha multiplicado por nueve desde octubre de 2019 a la asombrosa cifra de 26 gigavatios. Las estrategias nacionales de hidrógeno han establecido objetivos para 66 GW de capacidad de electrolizador, lo que sugiere que hay mucho más crecimiento por venir.

Las predicciones sobre cuándo el hidrógeno verde podría ser competitivo con los métodos de producción de alto contenido de carbono existentes siguen acelerándose. “Esto se moverá más rápido de lo que nadie pronostica, incluso nosotros. Pero esa es la naturaleza de esto, porque es muy dinámico”, dijo en una entrevista Ben Gallagher, analista senior de Wood Mackenzie y autor del informe.

Capacidad acumulada frente a la cartera de proyectos prevista para 2020-2025 (MW)

La UE tiene como objetivo 40 GW de despliegue de electrolizadores para 2030. Francia está considerando 6.5 GW y tanto el Reino Unido como Alemania también se han fijado sus propios objetivos de 5 GW. Al mismo tiempo, importantes compañías eléctricas como RWE e Iberdrola se han unido a las petroleras Shell, BP y Total en el desarrollo de importantes proyectos de hidrógeno verde en sus primeras etapas.

“La estrategia del hidrógeno de la Comisión Europea no existía hace un año. La estrategia alemana no existía hace un año, o la de Holanda, España, Portugal… China no tenía una meta de cero netos para 2060 “, dijo Gallagher. El cambio en el liderazgo de Estados Unidos, con el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris prometiendo una acción agresiva para descarbonizar la economía más grande del mundo, también contribuiría, dijo.

Los aspectos más destacados del informe incluyen:

  • Para 2050, el hidrógeno bajo en carbono constituirá el 7% de la demanda mundial de energía final.
  • La demanda de hidrógeno bajo en carbono aumentará a 211Mt en 2050, desde prácticamente cero en la actualidad.
  • Hasta 2030, el 80% del despliegue de hidrógeno bajo en carbono será para descarbonizar los usos finales existentes del hidrógeno de origen fósil. Hasta mediados de la década de 2030 Wood Mackenzie no espera una penetración significativa en nuevos sectores de uso final.
  • Se necesitará cerca de 1 billón de dólares para CAPEX de producción de hidrógeno bajo en carbono.

Las instituciones de gobierno en España y las empresas tienen que aprovechar la gran oportunidad que se presenta y deben fomentar la puesta en marcha de proyectos multisectoriales entre grandes, medianas y pequeñas compañías, que traccionen y aceleren este potente nicho de negocio que poco a poco construya una sólida red de industrias y empresas referente para Europa.

Las grandes energéticas, químicas, centros de innovación, el sector financiero y compañías de transporte/movilidad, deberían avanzar en un posicionamiento estratégico con una nueva lógica económica y de negocio en el mapa de la economía del hidrógeno verde, ya que este se convertirá en uno de los principales vectores energéticos de la próxima década.

Sin duda, el hidrógeno verde es una de las rutas correctas para alcanzar la descarbonización plena de Europa en 2050, como es el objetivo de la U.E.

Carlos Aguayo
CEO Intelsynet
Descargar artículo en pdf