La corrección política también existe en el asesoramiento financiero. Por ejemplo, hace muchos años que lo políticamente correcto entre los analistas es hablar de “la crisis”, la “burbuja” o la “represión financiera”. Y políticamente incorrecto ha sido ser optimista respecto a la evolución de las bolsas. Justo al contrario de lo que ocurría en los años 90, cuando la mayoría de analistas y vendedores prometían a los inversores convertirse en auténticos amos del universo.

En finanzas, la corrección política es peligrosa. Para ser un buen inversor hay que ser realista. Quienes han seguido estos años a los analistas políticamente correctos se han perdido uno de los mayores mercados alcistas de la historia de la renta variable. Y quienes, atemorizados con lo de la “represión financiera”, evitaron los fondos de renta fija, se perdieron la magnífica plusvalía que generó en el valor de los bonos la represión de los bancos centrales. Resulta que “reprimían” a base de compras masivas de bonos, disparando así el precio de los mismos. Bendita represión.

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