Los inversores y las autoridades regulatorias están escrutando cada vez más los aspectos que definen el complejo y creciente universo de las inversiones ASG (inversiones que atienden a criterios de medioambiente, de cuidado de la sociedad y del buen gobierno corporativo de las empresas).
Como muestra, la SEC, el equivalente en EEUU a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ha empezado a tomar enérgicas medidas contra las formas en que las empresas de inversión etiquetan sus fondos como ecológicamente sostenibles.