La Inteligencia Económica se puede definir como la recopilación de información estratégica, el análisis de esta, la dotación de un valor añadido y la obtención de una ventaja empresarial gracias a este proceso.

La Inteligencia Económica abarca el conjunto de conceptos, métodos y herramientas que reúnen todas las acciones coordinadas de búsqueda, obtención, tratamiento, almacenamiento y difusión de la información que sea relevante para empresas y organizaciones, individualmente o vinculadas entre sí, contempladas en el marco de una estrategia determinada[1]

Puede encontrarse en todas las fases del negocio de las empresas: dirección, comercial, financiera, fabricación, organización, investigación, recursos humanos…

 

Existen enfoques alternativos, como la Inteligencia Competitiva, que pueden considerarse similares a la IE, si bien esta se centra en el mercado y competencia. También es necesario hablar de la extendida Inteligencia Empresarial (Business Intelligence), la cual se orienta principalmente a la consideración de información cuantitativa y la utilización de métodos y herramientas informáticas para su procesamiento; es el caso, por ejemplo, del data mining o del data warehousing, que buscan acumular y explotar grandes bases de datos.

Hablamos, por tanto, del correcto uso de los datos y la confección de sistemas de información que las empresas pueden aprovechar para estimular su actividad económica y ampliar su influencia a otros mercados.

La Inteligencia Económica es un factor determinante para aumentar el EBITDA en las compañías de cualquier sector en el siglo XXI, donde el análisis de la información y de los datos lo son todo.

[1] EU Innovation Programme: INFOACT project. 1998-2000